Uno de los retos que enfrenta el proceso de descentralización política es lograr la pronta constitución de partidos regionales con gran representatividad; pero no solo para fomentar un ambiente electoral sino, también, una continua y organizada oposición política a los gobiernos regionales. En la Región Piura, por ejemplo, el gobierno regional no está siendo fiscalizado […]
Por Carlos Hakansson. 19 septiembre, 2012.Uno de los retos que enfrenta el proceso de descentralización política es lograr la pronta constitución de partidos regionales con gran representatividad; pero no solo para fomentar un ambiente electoral sino, también, una continua y organizada oposición política a los gobiernos regionales.
En la Región Piura, por ejemplo, el gobierno regional no está siendo fiscalizado por una oposición conformada, principalmente, por aquellos líderes de movimientos que en su día fueron candidatos en las últimas elecciones regionales; más bien, nos da la impresión de que todos ellos desaparecieron de la escena política. No olvidemos que una elección sin partidos estables es algo equivalente a un concurso público para ocupar una plaza estatal. No puede haber democracia sin oposición política.
Al respecto, considero que esta preocupación no debe ser desestimada por aquellos que solo piensan en la poca representatividad, problemas y escasa democracia interna de los partidos políticos. Los partidos son, nos guste o no, el vehículo de la democracia representativa. No es posible que ella se fortalezca con movimientos improvisados para una elección y carentes de ideología, un concepto tan venido a menos pero que debe ser revalorado y entendido como el ideario del partido; es decir, la fuente de aquellas ideas fundamentales que justificaron su nacimiento, y que promueven la disciplina de sus militantes.
En una democracia representativa, los partidos o movimientos regionales son los llamados a proponer opciones de solución a los conflictos sociales, huelgas de maestros e impulsar la necesidad de infraestructura que acompañe la importante inversión privada que viene recibiendo la Región Piura.
La estabilidad y continua campaña de los partidos nos llevará a la conformación de cuadros de profesionales y técnicos que sean capaces de elaborar planes y programas de gobierno a corto, mediano y largo plazo. De esta manera, los ciudadanos tendrían distintas opciones de solución al momento de pensar por cuál partido emitirán su voto. Es aquí donde competirán las propuestas de los partidos regionales con los nacionales, y se fomentará el diálogo al tratar todos los temas así como la tolerancia para respetar algunas posturas extremas. Si las regiones son capaces de dar ejemplo, habrá un efecto multiplicador a nivel nacional.
Facultad de Derecho
Universidad de Piura
Artículo publicado en el diario El Comercio (Piura), sábado 15 de setiembre de 2012.